En esta sociedad en la que todo se retoca, todo se maquilla, y hasta la realidad se interpreta… nos olvidamos de lo más importante: la sencillez.
La sencillez en un razonamiento es la mejor vía para conducirles al acierto.
A todos mis alumnos les intenté siempre enseñar a obviar todos los artilugios que adornan a un problema, para poder así llegar a la elegancia de una solución.
No obstante, en estos tiempos, en lo que lo tecnológico es una parte esencial de nuestra globalizada sociedad: parece que las «máquinas» terminarán por tomar nuestras propias decisiones.
Actualmente, en el ámbito bursátil existen muchos inversores que recurren a los algoritmos, y a la inteligencia artificial para realizar sus operaciones.
No estoy en contra de esas técnicas novedosas, siempre y cuando sean un complemento para la toma de decisiones.
Nada despeja tanto las hojas que no dejan ver el bosque como nuestra experiencia…
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